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En la Revista UPEL Cultura Nº 2 correspondiente a la edición del año 2000 se le realizó una entrevista a Luis Domínguez Salazar, creador del emblema de nuestra Institución y quien fue Director fundador del Departamento de Arte del Instituto Pedagógico de Caracas desde 1972 hasta 1974. Esta entrevista es el único documento histórico sobre la creación de nuestro emblema, de allí su significado y valor para todos los que formamos parte del Pedagógico de Miranda. Próximamente se publicará una entrevista grabada que se le realizó a Luis Domínguez Salazar donde expresó gran cantidad de datos importantes de su vida privada y profesional.
Transcrito textualmente del original.
Los logotipos, tanto el de la Universidad como los de sus núcleos, revisten mayor Importancia por su simbología y representatividad, de la que, oficialmente, se les asigna. Su historia está enraizada con la creación misma de las instituciones. Sin embargo, hemos observado que, en la mayoría de los casos, se ignoran sus orígenes, el nombre de su diseñador, las relaciones intrínsecas que le dan forma, su simbolismo y los elementos que motivaron su creación. Upel Cultural ha tomado la iniciativa de rescatar la historia de los logos de la UPEL. Es importante, para el logro de ese objetivo, la colaboración de quienes puedan aportar datos con relación a este asunto.
En el número anterior, fue publicado un interesante trabajo, de Cristian Sánchez sobre el logotipo del Instituto Pedagógico de Caracas con el que se abrió una serie de sobre el tema. Ahora, es el propio diseñador del signo emblemático del Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez, el artista Luis Domínguez Salazar, quien nos da las claves y nos relata las circunstancias y pormenores que incidieron en su creación.
-¿Cuál es el reto principal para un pintor como usted, que ha cuestionado la pintura decorativa, a la hora de hacer diseños gráficos?
Por lo que usted dice, en mi caso es mucho más arriesgado diseñar que pintar o dibujar. Cuando hago diseño me mantengo siempre en guardia, porque cuando se te conoce por un determinado estilo (figurativo, neo-pop, verista fantástico) la gente espera encontrar algo de ese modo tuyo en los diseños. No comprende que la idea es esencia y que la expresión de la misma es retórica. En mi caso, siempre concibo un diseño como una búsqueda con formas puras, como una aplicación de formas constructivistas.
¿Un ordenamiento de formas y colores aplicados al diseño gráfico hecho por alguien que rinde culto a la pintura expresiva?
Si, así es. Al pensar como diseñador constructivista lo hago con mi mente dramática la que juega a favor de la expresión de sensaciones interiores fruto de intereses psicológicos profundos. Así pues todos mis diseños constructivistas realizados con base en elementos geométricos seriados, los cuales en algún momento explotan para que sobrevenga el caos y lo absurdo asimétrico. Mi portada de la revista LETRAS del Departamento de Castellano y Literatura es un ejemplo de lo primero, mi emblema de CONPROJUPEL (Consejo Nacional de Profesores Jubilados de la UPEL) es un ejemplo de lo segundo. Lo que quiero decir es que mis trabajos gráficos producen una obra sorpresa: constructivista (lo ordenado) por un lado y expresionista (lo que se desmorona) por el otro. Todos mis diseños son ordenamientos que de pronto empiezan a estallar. Hay una sola excepción a esa premisa y es mi emblema para el Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez, donde se respira un aire de ordenación prusiana y no pasa nada.
-¿Le es difícil expresar ideas figurativas a través de algo tan abstracto como el constructivismo?
No, porque mi mente está llena de símbolos. Toda ella es un sistema de símbolos destinados a expresar algo. Cuando diseño ella está en acción. No hay un solo diseño mío que no trate de expresar algo. La simbología de la “colmena” del Pedagógico Siso Martínez es patente. Otras veces el símbolo necesita de alguien que ayude a armar el rompecabezas, como sucede con la fila de bastones del emblema de CONPROJUPEL tras el cual se oculta el enigma edipiano sobre la vejez.
-¿Cómo fue que usted hizo el logotipo del Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez?
A mediados de los años setenta (70) recibí una invitación de los profesores Juan Evangelista Torres y José Tomás Crespo, directivos del recién creado instituto, para intercambiar ideas sobre el enfoque cultural del siso Martínez; sólo una cosa se hizo realidad: el logotipo de la institución que al final terminó siendo el emblema, la “Colmena” que lo identifica. Yo insisto en diferenciar emblema, de logotipo, aunque ahora por moda se le dice logotipo a todo. Logotipo es distintivo peculiar de una institución formado por letras mientras que emblema es cualquier forma gráfica que represente dicha institución, logotipo es el de UPEL CULTURAL donde dos de las letras L alteran por completo el orden del letrero.
Así pues, ante la invitación del Siso Martínez y siendo como soy un hombre que se divierte con su trabajo, puse manos a la obra, ejecuté y entregué el diseño pedido a sus autoridades. La “Colmena” que todos conocen. Pero con el tiempo ocurrió lo que ha ocurrido con la mayoría de los autores de logotipos de la UPEL, la gente se olvidó de ellos. Así andaban las cosas cuando a fines de los 90 estando yo de visita en el Siso Martínez, manifesté mi extrañeza, frente a un grupo de profesores, por aquella pérdida de memoria, felizmente la profesora Aideé Infante, subdirectora de Extensión de ese pedagógico, se ocupó de subsanar la falta, para lo cual me invitó a hablar del tema ante un público de profesores y alumnos durante la semana aniversaria. Desde entonces todos saben quién es el autor de la “Colmena” que identifica al Pedagógico Siso Martínez.
-¿Por qué una colmena, qué significa ese símbolo?
Colmena es el signo de la abeja y ya desde los egipcios a ambos se les vincula con la idea de laboriosidad y creación de riqueza (espiritual en este caso) gracias a la producción de miel. Estaban en lenguaje jeroglífico asociados a los nombres reales. En Grecia la colmena era emblema de trabajo y obediencia. En el arte cristiano de la Edad Media, la colmena es el símbolo de María, que alberga en sí toda la dulzura. Según una vieja tradición las abejas no producen ellas mismas sus crías, sino que las recogen de sus flores, por eso en la Edad Media simbolizaban la inmaculada concepción de María. En mi emblema del Pedagógico Siso Martínez, la colmena está vista por dentro, con un corazón blanco que simboliza la luz en medio de la oscuridad del lugar donde están las abejas. Acaso por aquello de que estas casas nuestras de estudios ahuyentan las sombras. O porque son la manifestación de la moralidad y la intelectualidad. De la energía creadora, de la energía cósmica.
La luz de la “Colmena” y las demás luces están contribuyendo a crear cultura que es lo único que hace a la gente hablar y pensar. Después de todo la cultura es lo único por lo que vale la pena vivir.
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