martes, 8 de diciembre de 2009

Nuestro epónimo José Manuel Siso Martínez

José Manuel Siso Martínez, había nacido el 28 de julio de 1918 en Upata, la “rosa del bosque, rosa de la montaña” que cantara en sus versos nuestro epónimo. Medio siglo de existencia fue suficiente a Siso Martínez para construir un nombre sólido en la historia educativa del país, pero fueron cincuenta años dedicados al trabajo tesonero, al esfuerzo creador, a la forma intelectual y a la reflexión para comprender a Venezuela. En agosto de 1935 llegó cargado de ilusiones a Caracas, luego de tres días de viaje por la carretera del llano en un desvencijado camión. Pocos meses después moría “el bagre” y concluía así la autocracia petrolera.

El país iniciaba una etapa de agitación social y política y pronto el guayacitano se vio envuelto en “la atmósfera revolucionaria” incorporándose a uno de los partidos democrático-liberales de la época. Pero a la par de su militancia partidista, J.M. Siso Martínez concluye en 1943, paralelamente, estudios de docencia en el Pedagógico de Caracas obteniendo el título de Profesor en Historia y Geografía, y en la Universidad Central de Venezuela el de Doctor en Ciencias Políticas y Sociales.


Comprometido en el proceso que más tarde instauró el régimen democrático, J.M. Siso Martínez debió afrontar la cárcel y el exilio en México de donde regresa en 1958; de vuelta a Venezuela fue Ministro de Educación durante todo el quinquenio 1964-1969. Hizo obra significativa como autor de textos, pero también introyectando el nombre de Venezuela a sus alumnos y creando un cúmulo de ideas pedagógicas que bien pueden valorarse como una doctrina educativa para una sociedad democrática.

El Instituto Pedagógico de Miranda, que lleva el nombre de José Manuel Siso Martínez, es, como su epónimo, un nombre hecho entre las instituciones educativas de Venezuela. Núcleo de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, nuestro Instituto ha empezado a consustanciarse con las energías representativas del estado Miranda, pero en el cuadro de olas nuevas realidades del país, consideramos que requiere de ideas renovadoras que lo eleven a referencia de Alma Mater.


Nuestro Instituto Pedagógico de Miranda posee el recurso humano: docentes, administrativos, de servicio y estudiantes para alcanzar ese sitial. Faltaba un plan de trabajo que orientara las energías y el esfuerzo de la comunidad universitaria, y hoy esta misma comunidad puede elegir y aprobar el PROGRAMA DE ACCIÓN UNIVERSITARIA que estamos proponiendo para avanzar en nuestra tarea de compenetración en la cotidianidad del estado Miranda.


Manuel Carrero

Luis Dominguez Salazar habla del emblema del Siso



-->
En la Revista UPEL Cultura Nº 2 correspondiente a la edición del año 2000 se le realizó una entrevista a Luis Domínguez Salazar, creador del emblema de nuestra Institución y quien fue Director fundador del Departamento de Arte del Instituto Pedagógico de Caracas desde 1972 hasta 1974. Esta entrevista es el único documento histórico sobre la creación de nuestro emblema, de allí su significado y valor para todos los que formamos parte del Pedagógico de Miranda. Próximamente se publicará una entrevista grabada que se le realizó a Luis Domínguez Salazar donde expresó gran cantidad de datos importantes de su vida privada y profesional.

Transcrito textualmente del original.
Los logotipos, tanto el de la Universidad como los de sus núcleos, revisten mayor Importancia por su simbología y representatividad, de la que, oficialmente, se les asigna. Su historia está enraizada con la creación misma de las instituciones. Sin embargo, hemos observado que, en la mayoría de los casos, se ignoran sus orígenes, el nombre de su diseñador, las relaciones intrínsecas que le dan forma, su simbolismo y los elementos que motivaron su creación. Upel Cultural ha tomado la iniciativa de rescatar la historia de los logos de la UPEL. Es importante, para el logro de ese objetivo, la colaboración de quienes puedan aportar datos con relación a este asunto.
En el número anterior, fue publicado un interesante trabajo, de Cristian Sánchez sobre el logotipo del Instituto Pedagógico de Caracas con el que se abrió una serie de sobre el tema. Ahora, es el propio diseñador del signo emblemático del Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez, el artista Luis Domínguez Salazar, quien nos da las claves y nos relata las circunstancias y pormenores que incidieron en su creación.
-¿Cuál es el reto principal para un pintor como usted, que ha cuestionado la pintura decorativa, a la hora de hacer diseños gráficos?
Por lo que usted dice, en mi caso es mucho más arriesgado diseñar que pintar o dibujar. Cuando hago diseño me mantengo siempre en guardia, porque cuando se te conoce por un determinado estilo (figurativo, neo-pop, verista fantástico) la gente espera encontrar algo de ese modo tuyo en los diseños. No comprende que la idea es esencia y que la expresión de la misma es retórica. En mi caso, siempre concibo un diseño como una búsqueda con formas puras, como una aplicación de formas constructivistas.
¿Un ordenamiento de formas y colores aplicados al diseño gráfico hecho por alguien que rinde culto a la pintura expresiva?
Si, así es. Al pensar como diseñador constructivista lo hago con mi mente dramática la que juega a favor de la expresión de sensaciones interiores fruto de intereses psicológicos profundos. Así pues todos mis diseños constructivistas realizados con base en elementos geométricos seriados, los cuales en algún momento explotan para que sobrevenga el caos y lo absurdo asimétrico. Mi portada de la revista LETRAS del Departamento de Castellano y Literatura es un ejemplo de lo primero, mi emblema de CONPROJUPEL (Consejo Nacional de Profesores Jubilados de la UPEL) es un ejemplo de lo segundo. Lo que quiero decir es que mis trabajos gráficos producen una obra sorpresa: constructivista (lo ordenado) por un lado y expresionista (lo que se desmorona) por el otro. Todos mis diseños son ordenamientos que de pronto empiezan a estallar. Hay una sola excepción a esa premisa y es mi emblema para el Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez, donde se respira un aire de ordenación prusiana y no pasa nada.
-¿Le es difícil expresar ideas figurativas a través de algo tan abstracto como el constructivismo?
No, porque mi mente está llena de símbolos. Toda ella es un sistema de símbolos destinados a expresar algo. Cuando diseño ella está en acción. No hay un solo diseño mío que no trate de expresar algo. La simbología de la “colmena” del Pedagógico Siso Martínez es patente. Otras veces el símbolo necesita de alguien que ayude a armar el rompecabezas, como sucede con la fila de bastones del emblema de CONPROJUPEL tras el cual se oculta el enigma edipiano sobre la vejez.
-¿Cómo fue que usted hizo el logotipo del Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez?
A mediados de los años setenta (70) recibí una invitación de los profesores Juan Evangelista Torres y José Tomás Crespo, directivos del recién creado instituto, para intercambiar ideas sobre el enfoque cultural del siso Martínez; sólo una cosa se hizo realidad: el logotipo de la institución que al final terminó siendo el emblema, la “Colmena” que lo identifica. Yo insisto en diferenciar emblema, de logotipo, aunque ahora por moda se le dice logotipo a todo. Logotipo es distintivo peculiar de una institución formado por letras mientras que emblema es cualquier forma gráfica que represente dicha institución, logotipo es el de UPEL CULTURAL donde dos de las letras L alteran por completo el orden del letrero.
Así pues, ante la invitación del Siso Martínez y siendo como soy un hombre que se divierte con su trabajo, puse manos a la obra, ejecuté y entregué el diseño pedido a sus autoridades. La “Colmena” que todos conocen. Pero con el tiempo ocurrió lo que ha ocurrido con la mayoría de los autores de logotipos de la UPEL, la gente se olvidó de ellos. Así andaban las cosas cuando a fines de los 90 estando yo de visita en el Siso Martínez, manifesté mi extrañeza, frente a un grupo de profesores, por aquella pérdida de memoria, felizmente la profesora Aideé Infante, subdirectora de Extensión de ese pedagógico, se ocupó de subsanar la falta, para lo cual me invitó a hablar del tema ante un público de profesores y alumnos durante la semana aniversaria. Desde entonces todos saben quién es el autor de la “Colmena” que identifica al Pedagógico Siso Martínez.
-¿Por qué una colmena, qué significa ese símbolo?
Colmena es el signo de la abeja y ya desde los egipcios a ambos se les vincula con la idea de laboriosidad y creación de riqueza (espiritual en este caso) gracias a la producción de miel. Estaban en lenguaje jeroglífico asociados a los nombres reales. En Grecia la colmena era emblema de trabajo y obediencia. En el arte cristiano de la Edad Media, la colmena es el símbolo de María, que alberga en sí toda la dulzura. Según una vieja tradición las abejas no producen ellas mismas sus crías, sino que las recogen de sus flores, por eso en la Edad Media simbolizaban la inmaculada concepción de María. En mi emblema del Pedagógico Siso Martínez, la colmena está vista por dentro, con un corazón blanco que simboliza la luz en medio de la oscuridad del lugar donde están las abejas. Acaso por aquello de que estas casas nuestras de estudios ahuyentan las sombras. O porque son la manifestación de la moralidad y la intelectualidad. De la energía creadora, de la energía cósmica.
La luz de la “Colmena” y las demás luces están contribuyendo a crear cultura que es lo único que hace a la gente hablar y pensar. Después de todo la cultura es lo único por lo que vale la pena vivir.
Noticias relacionadas:

Fallece artista plástico Luis Domínguez Salazar

Falleció el artista venezolano Luis Domínguez Salazar

jueves, 22 de octubre de 2009

Discurso de María Waleska Méndez, en ocasión de la celebración del XXXIII Aniversario de la Institución



Buenas tardes, un respetuoso y afectuoso saludo a nuestras máximas autoridades.

Director-Decano, Manuel Reyes; Subdirectora de docencia, Profesora Carmen Zapata; Subdirector de Investigación y Postgrado, Dr. Jose Peña; Subdirectora de Extensión, Ingeniera Marina Martus de Andrade; Secretaria, María Esperanza Pérez.

Personal docente, estudiantes, amigos del personal administrativo, de servicio, sindicato y cajas de ahorro. 

La semana pasada recibí una llamada muy gratificante de los licenciados Irábert López Quintero y Mavis Galindo Zanella, pertenecientes a la Oficina de Información y Relaciones Publicas, para que les hiciera llegar mi sentir como miembro del personal administrativo jubilado, todo como parte de la agenda correspondiente, en la ocasión de estar de plácemes esta comnunidad educativa, que en su diario quehacer, y sin pausa, arriba a un exitoso treinta y tres aniversario de creación.

Comparto el júbilo. ingresé muy joven, como auxiliar de biblioteca, cuando eramos chiquiticos y pertenecientes al Ministerio de Educación y con la identificación de “Instituto Pedagógico del Este” (IUPE). 
 
Aquí en la calle 8 de la Urbina. eramos módulo I y II. En ese entonces finalizaba su mandato la Dra. Virginia Arraíz, quien le entregó a la Lic. Adela Muñoz de Liendo, que a muy juicio fue una de las gestiones más progresista que conocí, mujer dinámica, de carácter fuerte y decidido, de gran calidad humana y muy respetuosa con sus subalternos. Ella estuvo dos perìodos ininterrumpidos y dio a conocer, a través de los medios de comunicación social, la calidad de la enseñanza, la facilidades de ingreso y la excelencia de su personal docente.

En ese periodo todos trabajamos con gran entusiasmo, como una gran familia. Permamentemente en el auditorio, al que llamaban salón rojo, llegaron invitados muy brillantes a conferencias, foros, charlas y actos culturales. Entre estos talentos recuerdo la visita del rector de la Universidad Pedadgógica de Bogotá, la del profesor Felix Adams, creador de la Universidad Nacional Abierta (UNA), el profesor Jesús Rosas Marcano, el profesor Federico Brito Figueroa, el Capitan de navío Bernardo Jurado Toro, historiador y gran orador, el Dr. Luis Alberto Machado, los hermanos Siso, hijos de nuestro epónimo y otras grandes personalidades que prestigiaron con su presencia a nuestra alma mater.

Durante la gestión de la profesopr Adela Muñoz de Liendo fue creada la Galería de Directores en la Institución.

También con el apoyo del profesor Tomás Gilberto Moreria se fundó la extensión de Río Chico y posteriormente la de Nueva Cúa, con la intervenciòn de la profesora Cristina Guevara.

Tan pronto como la Directora Adela asumió su gestión ubicó a la profesora Magaly Hurtado, quien además era periodista, para encargarse de la Oficina de Información y Relaciones Publicas, ésta solicitó mi traslado y allí comencé a aprender todo lo relacionado con esta maravillosa actividad.

Casi sobre la marcha comencé a tomar clases de protocolo y relaciones públicas en diferentes entes privados: Colegio de Relacionistas Públicos, del cual soy miembro, Colegio de Internacionalistas de Venezuela y organismos gubernamentales: Ministerios de Relaciones Interiores y Exteriores, Escuela de Altos Estudios Militares, a los cuales asisitió el Lic, José Elias Tovar, donde estudiamos ceremonial de estilo, cursos dictados por el general Infante Betancourt, Jefe de Información y Relaciones Publicas del Ministerio de la Defensa.

Todos estos estudios me los financió mi querido Pedagógico de Miranda. con el apoyo de la profesora Adela Muños de Liendo, la doctora Magaly Altuve y la profesora Gisela Herrera, a quienes siempre le estaré agradecida.

En la gestión de la profesora Gisela Herrera fuimos varios miembros de otros pedagógicos a realizar un curso intensivo con la anterior Directora de Comunicación y Relaciones Corporativas de la sede Rectoral, doctora Etna de Fabre de Marchán, quien terminó de consolidar mis conocimientos de protocolo y relaciones públicas, donde obtuve la credencial de edecán de protocolo, igualmente fui galardonada con la condecoración Profesor Luis Beltrán Prieto Figueroa.

En mi tránsito de 23 años por esta institución tuve la dicha de atender la primera promoción de profesores, la cual fue de dos alumnos. Pasado algún tiempo viví una expreriencia única en la iglesia de San Francisco, la misma donde le dieron el título de libertador a Simón Bolívar, allí atendí el Acto de la Firma de todos los pedagogicos del país y de los Institutos Oficiales de Formación Docente, evento al que se le dió el nombre de Consolidación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, esto ocurrió el 27 de junio de 1988. Así crecimos y llegamos a formar parte del sistema de educación superior.

Luego con la doctora Magaly Altuve y el Rector Gabriel Zambrano Chaparro de la UPEL, hoy desaparecido, viví la toma del edificio Mirage y posterior adquisición legal. Fue tanta la expansión que posteriormente se adquirió un nuevo edificio con pàsarela anexa para facilitar el paso de la comunidad de un modulo a otro. Esto fue con la gestión de nuestro querido Director-Decano Manuel Reyes Barcos, acto en el cual fueron bendecidas las instalaciones.
Todos estos años transcurridos enriquecieron mi vida por tanto logros alcanzados por el pedagógico, por el afecto que conseché de todos los gremios y no podía faltar algún que otro agravio hoy olvidado.

Un recuerdo fervoroso a la memoria de aquellos que nos precedieron en la partida, eximios, valiosos y jóvenes profesores que tenían aún tanto para dar. Muchos administrativos y amados obreros ¿quién no lloró la partida del Lic. Jose Inatti, de nuestro amado poeta Mauro Ávila y nuestro inolvidable Antonio Azuaje? Que en paz descansen.

El mas excelso saludo a los que son la razón de ser y la vida de este pedagógico: !!!!sus estudiantes!!!!!, que en el día a dia de su asistencia son impulsados con mística y altos deberes por la excelencia de sus docentes, trabajando con dignidad, unidos todos en armonía, con el hermoso ideal del saber y de la libertad. !!!!!!no permitamos que nos quiten el Pedagógico de Miranda!!!!!

Aparte de un recuerdo material otorgado por el Ministerio del Trabajo con el apoyo solidario del actual director obtuve la condecoración Orden Mérito al Trabajo, oden que me fue conferida antes de mi jubilación. Llevo a cuesta ya, la tercera edad, pero conmigo cargo un tesoro: la amistad incondicional y el afecto cultivado en todos estos años de la profesora Magaly Hurtado; la licenciada Leyda de Azuaje, mi jefa y profesora de biblioteca; de Lesbia Montero; de la profesora Olga Flores; del señor Enrique Galindo, Hilda Rivas, Ayly Peña, Jehnny blanco y mi amado e inseparable licenciado José Tovar. Yo los llamo mi clon del amor, permanentemente nos mantenemos unidos, somos como una querida extensiòn de nuestra familia, significan para mi y para todos ellos la creencia en la amistad como un valor imperecedero.

Doy gracias a Dios cada día por mi ingreso en este el Pedagógico José Manuel Siso Martínez, por ayudar a realizarme profesionalmente, por tantas palabras de amistad y por tantos sentimientos compartidos.

El Padre Todopoderoso haga llover muchas bendiciones, muchos recursos, logros en sus extensiones y que la paz, la tolerancia y el respeto imperen en todos sus ambientes.

En el fondo de nuestro corazón cantaremos cumpleaños feliz a nuestro pedagogico que hoy cumple sus 33 años.

Que viva la UPEL

Gracias, los quiero mucho.
María Waleska Méndez

jueves, 14 de mayo de 2009

El Gabán Tacateño


Si alguno de los cantaurores de joropo central puede asumir con toda justicia el rol de defensor y preservador de la actitud juglaresca que caracteriza a este estilo musical ese no puede ser otro que Nemesio (¿O Enemesio? ¿O Nemesio? ) Sánchez, el popular Gabán Tacateño. Es él quien ha sabido narrar a través de sus innumerables composiciones el devenir de acontecimientos y de ritmos de moda, adaptándolos a su particular estilo. Títulos como “El Culucucú Tuyero”, “A Mover la Colita”, “Anda que te lamba un gato”, “Ron pa´to el mundo”, “El Baile del Perrito” y muchos más dan buena cuenta de este hecho.

Sin embargo, es curioso que un artista, definido por César Gedler en su maravilloso libro Los Joroperos del Centro como “... ese hombre que mantiene desde su modo de hablar, vestir, hasta sus expresiones y visión del mundo de una cultura que en nuestro medio ha mantenido una curiosa persistencia frente a la penetración extranjerizante”, haya comenzado su carrera como intérprete de música costeña colombiana junto a un grupo de cumbias con los que se presentaba en bares.

Nuestro artista nace en la localidad de Güare, Tácata el 19 de diciembre del año 1939, aunque veinte años después viaja a la capital a aprender el oficio de su padre: sepulturero.
Cuatro años dura en el tenebroso oficio hasta que es aprehendido por algo aún más tenebroso: la temida recluta. Treinta meses pasa en el ejército y no es de extrañar que durante ese período haya nacido su inspiración para crear uno de los temas más bonitos del repertorio tuyero como lo es “Despedida de un Soldado”

Pero la música andaba rondándolo, no la música que lo llevaría a la fama, sino la mexicana y la colombiana, su verdadera pasión. Al joropo tuyero lo rechazaba por completo. ¡Ni siquiera le gustaba! Pero llega el amor y como él mismo cuenta en el referido libro se enamora de una joropera en Coche la cual no se pelaba ni uno solo de los bailes tuyeros. Y él la acompañaba y veía que esos cantadores eran los preferidos de las mujeres. Por ello contrata a un arpisto y a un cantador para que lo enseñen a encarar el género. Luego se iba a las fiestas de los barrios a buscar un chance para probar lo aprendido. Y así hasta el momento en que se decidió a grabar un disco de 45 rpm.
“La calidad del disco era pésima pero ya yo no podía hacer más nada. Cargué con mi caja de discos y nadie me los quería comprar. Tuve que regalarlos casi todos”.

Luego se presenta en una empresa disquera como El Gabán Tacateño manifestando sus intenciones de querer grabar un Long Play (LP). Pero el dueño ya había escuchado su fracasado debut discográfico y le dijo que él no llegaba ni siquiera a garrapatero. De todos modos le ofreció trabajo en la empresa y al tiempo le ofrecía grabar el anhelado LP. Es entonces cuando corre en busca de auxilio de otra figura legendaria como Valerio “El Joven” Calzadilla. Pero este lo desilusiona y le dice claramente que no sirve para eso. Sin embargo, la promesa de los seis mil bolívares por la grabación (cinco de ellos para Calzadilla) lograron ablandar el corazón del veterano cantante y arpisto para comenzar a transmitirle todos sus conocimientos. Ese primer LP fue un verdadero éxito. Y El Gabán lo atribuye sencillamente al amor, la verdadera circunstancia del cambio en su vida artística.

Luis Laya, un joven periodista venezolano, quien se ha dedicado de forma seria y por demás admirable a la investigación de todo lo relativo al joropo central, en un magnifico articulo (Revista Veintiuno, 1.01, oct-nov 2004, pp. 63 a 69) titulado Golpe en Caracas explica: “El Gabán siempre ha sido un luchador consciente de su fuerza; el joropero tiene que vivir en un ambiente agreste, cantarle sus coplas que lo retraten, cobrarle al portugués y seguir su camino”.
No solo la picaresca domina la temática en el repertorio de nuestro artista. Temas llenos de sensibilidad como “Para las Hermanas”, “No me pregunten por ella”, “Diciembre sin ti” y “Yo vi a mi madre morir” son parte fundamental de sus canciones. Una mención especial para el tema “Un Canto para Caracas”, el cual, vestido con un arreglo de características épicas a cargo de Román Martínez y defendido por Antonio Armas, hijo del legendario Silvino, arrasó con el primer lugar del Festival Una Canción para Caracas” del año 1987, según el criterio de un implacable jurado calificador integrado por Miguel Delgado Estévez, Morella Muñoz, Luis Alfonso Larrain, Chelique Sarabia, Jesús Rosas Marcano y Alfredo Cabrera.

El Gabán tiene además el mérito de haber grabado, bajo la supervisión de Jesús R. Colmenares, un curioso disco en el que cuenta con el acompañamiento de la recordada agrupación Un, dos, tres... y fuera. Un disco que por lo novedoso de su concepto (el grupo fue uno de los pioneros de la modernización del golpe tuyero) y por lo adelantado a su época no fue entendido en su momento y cuya reedición se hace indispensable en estos momentos.

Vida y obra

Enemecio Sánchez Piñero “El Gabán Tacateño”, lleva 34 años cantándole a Venezuela. En su trayectoria como cantador y maraquero de joropo central, ha grabado 49 discos y ha ganado muchos galardones que premian el folklore nacional, como el Miranda de Oro, Una Canción para Caracas, el Coplero de Oro, El Guaicaipuro de Oro, el Zamora de Oro, el Florentino de Oro, el Campesino de Oro, el Canario de Oro y la Voz de Oro del Folklore, entre otros.

El Gabán Tacateño ha sonado en todas las emisoras del país y ha puesto a bailar “a medio mundo” con su música mirandina. Se ha presentado en los mejores escenarios del país, como el Teatro Teresa Carreño, el Ateneo de Caracas, el Palacio Legislativo, el Teatro Municipal, el Palacio de Miraflores, el Poliedro de Caracas, el Cuartel San Carlos, el Teatro Emma Soler, el Teatro Cecilio Acosta, el Anfiteatro de PDVSA-Intevep y en el Ateneo de Los Teques, estas cuatro últimas salas ubicadas en la capital del estado Miranda, Venezuela.

Recientemente, fue el artista central de una serie de eventos llevados a cabo en el Teatro del Diario El Carabobeño, en Valencia. Además, el Gabán Tacateño ha llevado su golpe tuyero por cientos de pequeñas y grandes pistas de baile situadas en el Distrito Capital, a lo largo y ancho del estado Miranda, Aragua, el Litoral Central, Carabobo, Guárico, Anzoátegui y Zulia, plazas donde ha cosechado un amplio público joropero que espera ansiosamente cada presentación.

Compositor, El Gabán Tacateño ha escrito y grabado más de 2000 canciones, alcanzando un gran éxito entre el público especializado. Las cotas más altas de popularidad las ha logrado con temas como Un hijo para el cuartel, El perrito mirandino, Un canto para Los Teques, Cuando me robaron el arpa, La lambada tuyera, El culucucú tuyero, Despedida de un soldado, La sortija, y muchísimos más.

Ha grabado con los mejores “arpistos” de música central, como Valerio “Joven” Calzadilla, José Luis Blanco “El Puma” (recientemente fallecido, con quien formó “llave” por 12 años) y Martín Ayala, entre otros, alternado con el “Poeta de Requena” Mario Díaz y con el legendario guitarrista de Charallave, Gabriel Rodríguez, introduciendo a veces no poca experimentación en su música tuyera, como el uso de coros y otras misceláneas inusuales en este tipo de manifestación.