jueves, 14 de mayo de 2009

El Gabán Tacateño


Si alguno de los cantaurores de joropo central puede asumir con toda justicia el rol de defensor y preservador de la actitud juglaresca que caracteriza a este estilo musical ese no puede ser otro que Nemesio (¿O Enemesio? ¿O Nemesio? ) Sánchez, el popular Gabán Tacateño. Es él quien ha sabido narrar a través de sus innumerables composiciones el devenir de acontecimientos y de ritmos de moda, adaptándolos a su particular estilo. Títulos como “El Culucucú Tuyero”, “A Mover la Colita”, “Anda que te lamba un gato”, “Ron pa´to el mundo”, “El Baile del Perrito” y muchos más dan buena cuenta de este hecho.

Sin embargo, es curioso que un artista, definido por César Gedler en su maravilloso libro Los Joroperos del Centro como “... ese hombre que mantiene desde su modo de hablar, vestir, hasta sus expresiones y visión del mundo de una cultura que en nuestro medio ha mantenido una curiosa persistencia frente a la penetración extranjerizante”, haya comenzado su carrera como intérprete de música costeña colombiana junto a un grupo de cumbias con los que se presentaba en bares.

Nuestro artista nace en la localidad de Güare, Tácata el 19 de diciembre del año 1939, aunque veinte años después viaja a la capital a aprender el oficio de su padre: sepulturero.
Cuatro años dura en el tenebroso oficio hasta que es aprehendido por algo aún más tenebroso: la temida recluta. Treinta meses pasa en el ejército y no es de extrañar que durante ese período haya nacido su inspiración para crear uno de los temas más bonitos del repertorio tuyero como lo es “Despedida de un Soldado”

Pero la música andaba rondándolo, no la música que lo llevaría a la fama, sino la mexicana y la colombiana, su verdadera pasión. Al joropo tuyero lo rechazaba por completo. ¡Ni siquiera le gustaba! Pero llega el amor y como él mismo cuenta en el referido libro se enamora de una joropera en Coche la cual no se pelaba ni uno solo de los bailes tuyeros. Y él la acompañaba y veía que esos cantadores eran los preferidos de las mujeres. Por ello contrata a un arpisto y a un cantador para que lo enseñen a encarar el género. Luego se iba a las fiestas de los barrios a buscar un chance para probar lo aprendido. Y así hasta el momento en que se decidió a grabar un disco de 45 rpm.
“La calidad del disco era pésima pero ya yo no podía hacer más nada. Cargué con mi caja de discos y nadie me los quería comprar. Tuve que regalarlos casi todos”.

Luego se presenta en una empresa disquera como El Gabán Tacateño manifestando sus intenciones de querer grabar un Long Play (LP). Pero el dueño ya había escuchado su fracasado debut discográfico y le dijo que él no llegaba ni siquiera a garrapatero. De todos modos le ofreció trabajo en la empresa y al tiempo le ofrecía grabar el anhelado LP. Es entonces cuando corre en busca de auxilio de otra figura legendaria como Valerio “El Joven” Calzadilla. Pero este lo desilusiona y le dice claramente que no sirve para eso. Sin embargo, la promesa de los seis mil bolívares por la grabación (cinco de ellos para Calzadilla) lograron ablandar el corazón del veterano cantante y arpisto para comenzar a transmitirle todos sus conocimientos. Ese primer LP fue un verdadero éxito. Y El Gabán lo atribuye sencillamente al amor, la verdadera circunstancia del cambio en su vida artística.

Luis Laya, un joven periodista venezolano, quien se ha dedicado de forma seria y por demás admirable a la investigación de todo lo relativo al joropo central, en un magnifico articulo (Revista Veintiuno, 1.01, oct-nov 2004, pp. 63 a 69) titulado Golpe en Caracas explica: “El Gabán siempre ha sido un luchador consciente de su fuerza; el joropero tiene que vivir en un ambiente agreste, cantarle sus coplas que lo retraten, cobrarle al portugués y seguir su camino”.
No solo la picaresca domina la temática en el repertorio de nuestro artista. Temas llenos de sensibilidad como “Para las Hermanas”, “No me pregunten por ella”, “Diciembre sin ti” y “Yo vi a mi madre morir” son parte fundamental de sus canciones. Una mención especial para el tema “Un Canto para Caracas”, el cual, vestido con un arreglo de características épicas a cargo de Román Martínez y defendido por Antonio Armas, hijo del legendario Silvino, arrasó con el primer lugar del Festival Una Canción para Caracas” del año 1987, según el criterio de un implacable jurado calificador integrado por Miguel Delgado Estévez, Morella Muñoz, Luis Alfonso Larrain, Chelique Sarabia, Jesús Rosas Marcano y Alfredo Cabrera.

El Gabán tiene además el mérito de haber grabado, bajo la supervisión de Jesús R. Colmenares, un curioso disco en el que cuenta con el acompañamiento de la recordada agrupación Un, dos, tres... y fuera. Un disco que por lo novedoso de su concepto (el grupo fue uno de los pioneros de la modernización del golpe tuyero) y por lo adelantado a su época no fue entendido en su momento y cuya reedición se hace indispensable en estos momentos.

Vida y obra

Enemecio Sánchez Piñero “El Gabán Tacateño”, lleva 34 años cantándole a Venezuela. En su trayectoria como cantador y maraquero de joropo central, ha grabado 49 discos y ha ganado muchos galardones que premian el folklore nacional, como el Miranda de Oro, Una Canción para Caracas, el Coplero de Oro, El Guaicaipuro de Oro, el Zamora de Oro, el Florentino de Oro, el Campesino de Oro, el Canario de Oro y la Voz de Oro del Folklore, entre otros.

El Gabán Tacateño ha sonado en todas las emisoras del país y ha puesto a bailar “a medio mundo” con su música mirandina. Se ha presentado en los mejores escenarios del país, como el Teatro Teresa Carreño, el Ateneo de Caracas, el Palacio Legislativo, el Teatro Municipal, el Palacio de Miraflores, el Poliedro de Caracas, el Cuartel San Carlos, el Teatro Emma Soler, el Teatro Cecilio Acosta, el Anfiteatro de PDVSA-Intevep y en el Ateneo de Los Teques, estas cuatro últimas salas ubicadas en la capital del estado Miranda, Venezuela.

Recientemente, fue el artista central de una serie de eventos llevados a cabo en el Teatro del Diario El Carabobeño, en Valencia. Además, el Gabán Tacateño ha llevado su golpe tuyero por cientos de pequeñas y grandes pistas de baile situadas en el Distrito Capital, a lo largo y ancho del estado Miranda, Aragua, el Litoral Central, Carabobo, Guárico, Anzoátegui y Zulia, plazas donde ha cosechado un amplio público joropero que espera ansiosamente cada presentación.

Compositor, El Gabán Tacateño ha escrito y grabado más de 2000 canciones, alcanzando un gran éxito entre el público especializado. Las cotas más altas de popularidad las ha logrado con temas como Un hijo para el cuartel, El perrito mirandino, Un canto para Los Teques, Cuando me robaron el arpa, La lambada tuyera, El culucucú tuyero, Despedida de un soldado, La sortija, y muchísimos más.

Ha grabado con los mejores “arpistos” de música central, como Valerio “Joven” Calzadilla, José Luis Blanco “El Puma” (recientemente fallecido, con quien formó “llave” por 12 años) y Martín Ayala, entre otros, alternado con el “Poeta de Requena” Mario Díaz y con el legendario guitarrista de Charallave, Gabriel Rodríguez, introduciendo a veces no poca experimentación en su música tuyera, como el uso de coros y otras misceláneas inusuales en este tipo de manifestación.